El gran desahogo

Otra vez la historia se repite, un verso triste
una canción de amor para el amor que ya no existe
escucho el llanto desolado de un abandonado corazón
Mientras la lógica me cuestiona y se burla de mí la razón.

Y que puedo hacer si aunque lo intente me equivoco
ya no sonrió ni en las fotos, cargo un futuro roto
la melancolía y la ansiedad me devoran poco a poco
será por eso que a los poetas en este mundo los llaman locos.

Del amor soy un inmigrante, un extranjero sin latidos
un forastero que busca en otros labios lo que no se la ha perdido
un exiliado desterrado que busca morir en unos brazos donde sea querido
Y por eso vivo malherido, un maestro en el dolor y aun nada he aprendido.

¿Por qué me dieron alas si ya no puedo volar?
¿Por qué hago poesía si ya no sé qué es amar?
¿Para qué quiero la vida si no me puedo matar?
¿Para qué quiero mis ojos si no me sale llorar?

¿Para qué me dicen “tú puedes” si no se vale soñar?
¿Para qué seguir adelante si no hay donde llegar?
¿Para qué sanar este cora testarudo si igual se va a dañar?
¿Por qué aprendí a amarte si a olvidarte no me ibas a enseñar…

Ay maldita sea, paso del dolor a la rebeldía
maldito mil veces, maldito sea aquel día
en que comencé a hacer poesía para fingir alegría
maldito sea el frío que me quema y que llaman melancolía.

Estoy aborreciendo este tormento que llama talento
el plasmar en una página versos de mi sufrimiento
para el mundo son poemas pero es mi testamento
y les juro y no miento que cada verso me mata lento, muy lento.

Esto no es producto de una droga
si no de una pena que me ahoga
Una dama de negro a mi lado conmigo dialoga
le digo quiero parar con esto y ella solo me entrega una soga

Pero aquí sigo, bebiendo un café frío con demonios y cientos de problemas
de cada una de mis heridas saco el título de mi siguiente tema
El creer en dios y en el amor son mi espada y mi emblema
por eso en cada depresión le regalo al mundo uno de mis poemas.

Estoy perdiendo la coherencia, desorientado ando
ahora mismo en este verso me encuentro divagando
no sé qué está pasando, pero me estoy ahogando
siento que le falta el alma al cuerpo, pero sigo respirando.

Hoy podría escribir los versos más tristes de mi historia
Podría dar un paso al vacío y que mis demonios canten victoria
Pero aunque la vida me trate como escoria en mi trayectoria
me aferraré a la vida y a su gloria y recitaré mis versos de memoria.

Y en este desahogo dejo un consejo a esta pérdida juventud
nadie te enseña a equivocarte, aprenderlo es una virtud
ama a quien te amé porque el amor ya no se halla en la multitud
ama siempre a plenitud, porque el amor nos hace libre del dolor y del ataúd.

Esto pudo haber sido una linda canción en vez de un lamento
Pero lo siento, esto es lo que siento y no miento
no sé encontrar el agua en el desierto
ni escribir versos de vida cuando el cora ya está muerto.

Y no encuentro las palabras para el verso final
como siempre todo va bien y termina muy mal
explicaría el contexto pero es muy personal
el «felices por siempre», resultó temporal.

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