Dime para qué quiero ya mis ojos, si me acostumbre a solo tu mirada
dime que me sirve esta boca si solo tengo palabras envenenadas
para que nadar por tus mareas si ya no me atrae tu carnada
para qué diablos escribo esto si esto nunca te ha importado nada.
Dime para qué me sirvieron tantos rezos para que te quedaras a mi lado
para qué quiero un cristo de yeso, si yo soy el crucificado
aunque ya me esperaba todo esto, duele mucho más de lo esperado
te di mucho más que 30 monedas, y termine yo con la lanza en el costado
Tan efímero como un trozo de hielo en un desierto
fue la ilusión de tu cariño con un vestido de falsedad
tantos meses invertidos para que esto naciera muerto
aunque de haber nacido vivo lo hubiera matado tu maldad
Dime de que sirve darlo todo si lo que nunca pusiste fueron ganas
dime de que sirve ser un hombre bueno, si los buenos nunca ganan
dime de que sirve coser mis heridas si por más que intente nunca sanan
por eso con sangre escribo estas líneas, una ofrenda, una poesía pagana.