Me conoció en aquel bar de los degenerados
aunque solo era un poeta que buscaba ser amado
se sirvió una copa y se sentó justo a mi lado
y con tan solo una sonrisa ya me tenía cautivado
Encantadora, Cariñosa, dulce, muy atenta y divertida
mi mirada estaba en ella, aunque con la mente perdida
me contó un poco de ella y de sus recientes heridas
y perdido en sus ojos le conté sobre mi irónica vida
El tiempo pasó volando y el bar ya andaba un poco solitario
pocos pesos en los bolsillos, pero con ella me sentía millonario
incrédulo como siempre a lo que latía no le di tanta importancia
así que le ofrecí un par de monedas para acortar nuestra distancia
Ella aceptó gustosa brindarme de sus caricias
que se sentían tan reales, pero para nada ficticias
intente escapar preguntando “cuanto te debo?”
Ella dijo, “guarda la cartera, y bésame de nuevo”
Le pregunté que porque lo hacía, tal vez por algo de miedo
y con una mirada de picardía dijo “porque quiero y porque puedo”
ella es mi ángel, mi demonio, mi bendición y la que me incita al pecado
por ella me siento amado, es mi flaca, lo mejor que hasta ahora me ha pasado.